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Un enfoque holístico “to be ready for smart”

PorEduardo Martínez- 22 / 01 / 2015

Analizando el éxito, cuanto menos en afluencia, del Smart City World Congress realizado en Barcelona el pasado mes de diciembre, podríamos decir que estamos preparados para un mundo más inteligente o al menos, interesados por este mundo y las oportunidades que puede generar tanto para las empresas, como para los ciudadanos y como no, para las administraciones.

En cierto sentido, podríamos decir que el concepto Smart City es incluso desconsiderado, no sé si nos atreveríamos a decirle a un ciudadano de Menfis en el antiguo Egipto, o de las antiguas ciudades romanas o griegas, que sus ciudades no eran inteligentes porque no tenían tecnología. El reto es ser capaz de aprovechar la tecnología para dar respuesta a las necesidades de una ciudad avanzada, en un mundo cada vez más inteligente, donde los objetos tienen y tendrán más inteligencia (o cuanto menos más capacidad de comunicación, que por cierto no es lo mismo), pero todo ello con una finalidad: que la tecnología aporte valor añadido. Es necesario que esta transformación esté ligada a la participación ciudadana y especialmente a la doble sostenibilidad, la económica del propio proyecto y la medioambiental, tanto o más importante que la primera.

Cuando uno se sienta delante de un auditorio, de un alcalde, de una cámara de televisión o de un papel y empieza a explicar el concepto de las Smart Cities, lo hace bajo la necesidad de adaptarnos a un nuevo paradigma donde las ciudades tendrán el 70% de la población mundial, el 75% del consumo energético y el 80% de la emisión de gases efecto invernadero. Pero si al final se acaba hablando de una solución para que tu Smartphone localice la farmacia más cercana y te guíe a ella a través de un mapa, es que nos hemos equivocado en algo.

Sin embargo, el mencionado congreso de este año dibujó algo diferente, algo por lo que algunos ya habíamos apostado: la plataforma urbana. Girando alrededor de la idea de que las soluciones han ser integrales y se han de planificar de manera holística. La sensorificación, los datos obtenidos, etc., han de poder ser reaprovechados por las diferentes soluciones o áreas que componen la plataforma urbana, promoviendo una interacción entre ellas de una manera holística. Y no porque el concepto sea bonito sino porque de la misma manera que sin ciudadanos no hay ciudad smart, sin servicios interconectados con una visión integrada no hay una ciudad smart, tan sólo hay soluciones “smart” en una ciudad “dummy”.

Fuente: publicado en Open Thoughts , blog de la Universitat Oberta de Catalunya