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¿Quién sabotea al líder?

PorBen Schneider - 30 / 03 / 2011

Desde la oficina más humilde de una empresa en un mercado emergente hasta el despacho más lujoso de una gran corporación transnacional, los ejecutivos se empeñan no solo en hacer las cosas bien y sobresalir, sino que aspiran a liderar. Solo con liderazgo se consiguen logros importantes, como lanzar productos o servicios innovadores, impactar mercados, cambiar hábitos de consumo y mejorar las condiciones de vida de la sociedad. Pero son pocos los que llegan. Hay muchos factores que influyen el fracaso: limitaciones en la educación, en recursos económicos, en aptitudes innatas y hasta interviene la suerte. Pero un estudio realizado por los doctores Morris, Ely y Frei en 50 países, publicado en el “Harvard Business Review”, da cuenta de que, en un alto porcentaje, son las mismas personas las que sabotean su propio ascenso.

Si alguna de sus respuestas a las siguientes preguntas es afirmativa, empiece a preocuparse.

  • ¿Enfatiza usted en demasía sus cualidades y objetivos personales?

El verdadero liderazgo implica lograr que otras personas sean mejores como resultado de la intervención del líder. Ciertamente, mediante un permanente “autobombo” no se logra liderar.

  • ¿Está usted sobreprotegiendo su imagen pública?

Cuando un individuo se preocupa demasiado por su imagen, desperdicia mucha energía así como oportunidades y pierde tiempo valioso en perseguir resultados concretos.

  • ¿Usted ve a sus competidores como si fueran enemigos?

Este comportamiento intoxica, deteriora y debilita a la persona y la vuelve insegura.

  • ¿Usted pide permiso antes de actuar?

La paciencia es una gran virtud, implica ser disciplinado y ayuda a mitigar el riesgo, pero esta virtud puede atentar contra el éxito de un líder. Este debe asumir retos, tomar decisiones, a veces ir contra la corriente y, en ocasiones, deberá pedir perdón antes que pedir permiso.

El siglo XXI demandará cada vez más y mejores líderes, para asumir los desafíos que plantea un mundo globalizado, turbulento e inestable.

 

Fuente: EL COMERCIO sábado 19 marzo del 2011 (Perú)