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Así se revalorizan los destinos turísticos

PorAlberto Bernal- 17 / 07 / 2020

La actividad turística aporta el 10,4% del PIB global y genera uno de cada diez puestos de trabajo en el mundo, con unas tasas de crecimiento elevadísimas en los últimos treinta años. Sin embargo, la pandemia ha colocado en el centro del debate las vulnerabilidades de nuestra sociedad en general, y del turismo en particular, por tratarse de uno de los sectores que implican mayor interacción física.

 

Por este motivo, mientras los viajeros continúan descubriendo el mundo, es esencial que el sector se prepare cada vez mejor para responder a las potenciales crisis de diversa tipología que, como en el caso del Covid19, afectan de manera terrible a nuestros destinos y a su percepción por parte de los turistas.

 

Para lograrlo, es necesario que la transformación digital vaya adquiriendo mayor protagonismo, teniendo muy presente que no se trata solamente de implantar dispositivos aislados que midan aforos y controlen el desgaste de los activos o de fomentar la interacción a través de portales o móviles.

 

Se trata de diseñar una estrategia previa a la implantación de la tecnología y adaptada a cada caso concreto, que facilite la evolución de nuestros destinos hacia un modelo turístico inteligente, seguro y resiliente mediante la coordinación entre todos los actores implicados.

 

Este nuevo modelo implica:

 

Transformar el destino actual: poniendo foco en la digitalización de los modelos operativos y la interacción segura con el visitante.

 

Revalorizar el destino: ajustando dinámicamente la propuesta de valor, la oferta de productos y su distribución, y mejorando la interacción del visitante y la calidad de vida de los residentes

 

Crear el destino del futuro: a través de acciones de anticipación y preparación inteligente que permiten adecuar los productos, canales, recursos, servicios e infraestructuras con todo tipo garantías ante cualquier crisis.

 

¿Por dónde empezamos?

 

La Estrategia de Destino Turístico Inteligente y Resiliente (DTRI) debe tener un enfoque holístico que atienda a todos los aspectos que impactan en el desarrollo de la actividad del sector en el territorio (normativa, actores, servicios y procesos) para convertirse en la base de la dinamización económica del territorio, garantizando sus efectos positivos en el largo plazo.

 

En primer lugar, debemos realizar un análisis de diagnóstico y vulnerabilidades con el fin de evaluar la capacidad del destino y de sus sistemas turísticos y servicios para mantener la operatividad y adaptarse a cualquier crisis.

 

Este análisis incluye 7 dimensiones (movilidad y transporte, seguridad, sostenibilidad y medio ambiente, liderazgo y gobernanza, tecnología, innovación y accesibilidad) y 28 ámbitos que utilizan indicadores para ayudar a articular los procesos (por ejemplo, la gestión dinámica del transporte público o las tecnologías aplicadas al marketing turístico).

 

Gracias al uso de técnicas estadísticas se obtienen insights de vulnerabilidad a través de estudios de dependencia y correlación entre los diferentes indicadores de cada dimensión como, por ejemplo, el impacto de los flujos de visitantes en la la movilidad o la gestión de residuos.

 

En segundo lugar, es necesario identificar y priorizar los desafíos a partir el resultado del análisis anterior mediante herramientas como mesas de trabajo y talleres participativos con los principales stakeholders del sector.

 

Esto nos permite definir actuaciones en los distintos ámbitos en función de los impactos agudos y las tensiones crónicas más relevantes para el destino y sus servicios territoriales y turísticos. Un ejemplo sería las pautas para reaccionar de forma ágil y coordinada ante fenómenos meteorológicos adversos como olas de calor o tormentas con inundaciones.

 

En tercer lugar, tendríamos la definición del plan estratégico de resiliencia específico de manera integrada en todos los procesos de planificación de nuestro destino y sus servicios.

 

Aquí incluiríamos:

 

- La selección de pilares con visión a largo plazo que definen la dirección estratégica para responder a los desafíos identificados.

 

- El establecimiento de objetivos orientados al logro de la visión a largo plazo del pilar.

 

-Definición de acciones, proyectos, planes o programas que contribuyan a la consecución de los objetivos definidos

 

-Acciones de soporte adicionales que contribuyen a la consecución de otros objetivos del mismo u otro pilar.

 

Se trata, en definitiva, de establecer un modelo coordinado entre los diversos actores, suficientemente dotado de recursos y con mecanismos de control y seguimiento adecuados.

 

En cuarto y último lugar, estaría el seguimiento y evaluación mediante un cuadro de mando que mida el valor de la resiliencia y la actividad de cada iniciativa.

 

Integraría indicadores de resultado e impacto que permiten hacer un seguimiento temprano de los avances, indicadores de temporalidad (corto, mediano o largo plazo), indicadores de estado para identificar si la acción está o no en ejecución, así como la identificación de los socios estratégicos y actores principales.

 

Es muy importante disponer de datos en tiempo real sobre el estado de las infraestructuras del destino, la situación de los turistas y residentes, el avance de las medidas de prevención y mitigación, el grado de saturación de los servicios públicos de emergencia y asistencia, así como de canales de interacción con las autoridades y los ciudadanos para comunicar las recomendaciones a seguir durante estos episodios de crisis.

 

¿Qué tecnología requieren estos proyectos?

Desde Minsait apostamos por plataformas tecnológica abiertas que permitan la gestión unificada de los elementos y actores del destino, incluyendo nuevos canales de promoción y relación que faciliten una visión 360º del turista, la integración del mundo físico con el digital para gestionar en tiempo real los distintos espacios, y el uso de técnicas de analítica avanzada para extraer valor de las interacciones del turista y anticiparse a sus necesidades. Todo ello, naturalmente adaptado a las prioridades establecidas en la estrategia de cada DTRI.

Alberto Bernal, responsable de Desarrollo Negocio de Smart Cities de Minsait

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