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Impresión 3D: La revolución que viene

PorBen Schneider - 10 / 07 / 2013

La tecnología tiene un sitial especial a la hora de analizar la evolución de los mercados. La obsolescencia tecnológica le ha pasado factura a muchas empresas que se resistieron a cambiar al creer que la modernidad no las afectaría y postergaron la adopción de nuevas tecnologías. Tal vez uno de los casos más dramáticos haya sido el de la industria fotográfica, donde Kodak subestimó la tecnología digital y el efecto de la conectividad y se aferró a los buenos márgenes que le dejaba sus rollos de película.

Ahora bien, el desarrollo de nuevas clases medias en los países emergentes y la búsqueda de productos de bajo precio, ha potenciado la concentración de la producción principalmente en países del lejano oriente. Pero una nueva tecnología que viene desarrollándose a partir de una simple idea podría cambiar esta situación. Se trata de la evolución de la impresora que aplica tinta a un papel, hacia otra que crea capas de resina u otros materiales hasta formar un volumen.

Conforme esta tecnología se expanda y sus costes se abaraten, se empezarán a notar cambios sustantivos en los procesos de producción y logisticos. La primera gran implicancia será que la producción se realizará muy cerca al punto de consumo. En algunos casos bastará con pagar por la materia prima y el servicio de impresión, mientras que el software para diseñar el producto se descargará gratuitamente de internet.

Si bien el coste de producción por unidad será más alto que la producción a gran escala, el coste final tenderá a nivelarse por los ahorros en costes de distribución, almacenaje y de financiamiento.

Otra implicancia de la expansión de la tecnología de impresión 3D, es que los productos serán mucho más personalizados al gusto del cliente. En la era del individualismo, donde el consumidor desea diferenciarse a toda costa, la demanda de productos casi a medida será alta. Hay que tomar en cuenta que en la mayoría de los procesos productivos  se utilizan moldes costosos que con la impresión 3D desaparecerán.

Esta revolución exigirá a las empresas repensar sus estrategias para responder a los retos que esta tecnología plantea.

No se debe subestimar el impacto que la impresión 3D pueda tener sobre la economía China, que se ha convertido en el centro de manufactura mundial de productos de bajo precio. Si bien China viene desarrollando un importante mercado interno que sin duda demandará productos producidos a partir de la impresión 3D, podría sufrir conforme se vaya consolidando esta tendencia. Hay que tomar en cuenta que al lado de un modelo de producción altamente distribuido y flexible a baja escala, el modelo de producción centralizada a gran escala, podría palidecer.

La generación de puestos de trabajo, que en las últimas dos décadas ha fortalecido a los países del lejano oriente, podría también sufrir un cambio, ya que se generarán más puestos cerca a los centros de consumo.

Este caso constituye un claro ejemplo de cómo un simple cambio tecnológico podría generar un efecto sustantivo en la economía mundial. La situación descrita constituye un ejemplo claro del por qué es importante monitorear en tiempo real el impacto de la tecnología sobre los modelos de negocio y sobre las ventajas competitivas de ciertas economías.