Compartir

Innovación de Alto Impacto

PorBen Schneider - 01 / 09 / 2014

 

Han transcurrido algo más de 60 meses desde que las autoridades de los Estados Unidos declararon el fin de la recesión producida por la crisis financiera del 2008, pero hasta hoy las tasas de crecimiento del PBI en ese país son magras. Si tal economía no crece lo suficiente y si se suma a esto la pobre performance europea, se puede explicar por qué China no crece al ritmo de antes. Después de todo, el 70% de las exportaciones Chinas van dirigidas a esos dos mercados y las medidas económicas contracíclicas que aplica, tienen un límite.

En un mundo interconectado, el menor crecimiento Chino afecta directamente a las economías emergentes que aún mantienen una alta dependencia en la exportación de materias primas.

Un fenómeno interesante a examinar es el comportamiento de  corporaciones que a pesar de tener acceso a las tasas de interés más bajas del último  siglo y de mostrar en sus balances una buena posición de caja, no se animan a invertir en proyectos de innovación de alto impacto. ¿Será que las grandes oportunidades son escasas? ¿Será que los altos directivos no tienen claridad sobre dónde invertir?

La inversión en innovación permite desarrollar nuevos mercados y con ello crecimiento de la economía, pero si los gerentes utilizan métricas que parten de la premisa que el capital es un recurso escaso y costoso, terminan privilegiando proyectos de innovación para reducir costos y  puestos de trabajo. Así, en vez de propiciar el incremento de la oferta laboral y la aceleración del consumo, se está logrando el efecto inverso.

Clayton M. Christensen y Derek van Bever, catedráticos del Harvard Business School diferencian 3 clases de innovación. La primera, la describen como innovación para mejorar la performance, la misma que consigue reemplazar productos por mejores modelos. En este caso, no se generan nuevos puestos de trabajo, ya que quienes compran los nuevos productos, dejan de lado los antiguos. La segunda la definen como innovación eficaz, la misma que permite reducir  costos. En este caso, se mejora la productividad pero a la vez, se reducen puestos de trabajo lo que perpetúa el estancamiento.

El tercer tipo de innovación, es definida como innovación de alto impacto. En este caso, la tecnología permite crear productos y servicios que son atractivos para consumidores que antes no los conocían, en otras palabras, se convierte a no consumidores en clientes, lo cual genera un círculo virtuoso que beneficia a la firma, incrementa el empleo y acelera el crecimiento económico.

Si los inversionistas presionan por resultados que se basen en métricas  para el uso eficiente del capital y no toman conciencia que en el mundo hoy lo escaso es el talento y si siguen privilegiando la innovación  que reduce el número de puestos de trabajo, en vez de poner incentivos hacia la innovación que crea nuevos mercados, estaremos agravando la situación actual. Las escuelas de negocios y los líderes de opinión deberán pronunciarse para sugerir un cambio en las métricas de evaluación de performance de las empresas, para alinearlas con las exigencias de un mundo distinto, con una fuerte clase media emergente que está a la espera de nuevos productos y servicios innovadores.