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La real ventaja competitiva

PorBen Schneider - 07 / 09 / 2011

El deseo de todo líder empresarial es lograr que su organización funcione con excelencia, lo que se traduce en resultados positivos para todos los relacionados directa o indirectamente con la firma.

Sin embargo, la evidencia muestra que es muy difícil sostener la excelencia en el mediano plazo. Un estudio realizado por la prestigiosa McKinsey, a través de Scott KelleryColin Price, da cuenta de que solo un tercio de las empresas evaluadas mantienen esta condición.

El estudio encuestó a 600.000 colaboradores en más de 500 organizaciones y encontró que las razones más comunes para explicar la pérdida de eficiencia –tales como recursos inadecuados, pobre planificación, malas ideas, factores externos imprevistos, entre otras- solo afectaron al 30% de los casos analizados, el 70% restante se debió a una pobre salud organizacional. Esto significa, principalmente, una disposición negativa de los colaboradores y una actitud improductiva de los gerentes. La salud organizacional tiene que ver con la capacidad de la empresa de adaptarse al presente y amoldarse al futuro mejor y más rápido que sus competidores. Esto implica que las organizaciones saludables desarrollan la capacidad de aprender y de cambiar con el transcurso del tiempo.

Otro aspecto interesante que encontró el estudio es que si bien algo se aprende de historias ajenas, la excelencia en organizaciones específicas está relacionada con su historia, su entorno y sus aspiraciones. El estudio dio cuenta de la correlación entre salud organizacional y performance. Las empresas en el primer 20% del ránking en salud organizacional fueron 2,2 veces más rentables y crecieron en un porcentaje dos veces mayor que el promedio de la muestra.

Entonces, queda claro que la real ventaja competitiva de una organización moderna que procura la excelencia en forma sostenida es la salud organizacional, condición que se logra potenciando en el centro trabajo el “accountability”, las competencias distintivas, la coordinación y el control, la cultura y clima laboral, la innovación, el aprendizaje y la motivación.

Así como en el plano personal hoy el ser humano es mucho más consciente en cuanto a su alimentación, actividad física y balance mental, las organizaciones empresariales requieren incrementar su salud organizacional, si es que pretenden triunfar en un entorno cada vez más complejo y competitivo.

Fuente: EL COMERCIO sábado 3 de septiembre del 2011 (Perú)