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Voluntariado corporativo, más allá de una moda

¿Qué hubiera sido de nosotros durante el confinamiento sin que nadie tendiera una mano amiga? Sí, es cierto, 2020 ha sido el año de la pandemia, pero también ha sido el año de la solidaridad. 

El contexto social en el que nos hemos visto envueltos ha hecho que, dentro de las organizaciones, cristalizara una palpable demanda por parte de los profesionales para actuar de manera decidida en iniciativas solidarias. Así lo revela un estudio publicado por corresponsables.com, en donde se afirma que el 62% de las empresas españolas encuestadas percibe un aumento de la participación de sus empleados. 

Ejemplo de esta cifra pueden ser los voluntarios de Indra. Durante la pandemia, profesionales de la compañía han desarrollado una plataforma educativa para niños y niñas con discapacidades neurológicas en colaboración con la Fundación Querer, la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE) y la startup Smartmind, con el objetivo de contribuir a mitigar la brecha educativa que estos niños han sufrido con la llegada del coronavirus.

Asimismo, voluntarios de la tecnológica han preparado y entregado a Cruz Roja cerca de 10.000 tablets para facilitar a menores en situación de vulnerabilidad un mejor acceso a la información y a programas de educación a distancia, así como permitirles estar en contacto con sus colegios, tutores, docentes y compañeros durante el confinamiento.

La compañía también ha promovido “Lluvia de Ideas”, un proyecto creado por los propios profesionales para compartir y activar distintas acciones sociales frente a la crisis socio-sanitaria.  De igual modo, ha apoyado iniciativas solidarias de algunos trabajadores, por ejemplo, para la impresión en 3D de viseras protectoras u otros materiales para el sector sanitario.

Además, los profesionales de la compañía consiguieron alcanzar una recaudación de cerca de 270.000 euros en un crowdfunding solidario lanzado por Indra, en colaboración con 10 importantes ONGs reconocidas por su labor social, para contribuir a mejorar la situación de los más vulnerables en la crisis del Covid-19. 

Estas iniciativas, englobadas en el proyecto “Reducción de la brecha digital educativa en tiempos de la pandemia”, han sido presentadas por la compañía en los Premio Fundación Telefónica al Voluntariado, en la categoría de Voluntariado Corporativo. En ella, Indra ha resultado finalista junto al proyecto “Voluntariado de apoyo a la emergencia sanitaria” de Fundació Transports Metropolitans de Barcelona y “Voluntariado Hospital Covid” de IFEMA. 

Desde el inicio de la crisis, el impulso a iniciativas solidarias ha logrado beneficiar a más de 110.753 personas de forma directa y cerca de 159.994 de forma indirecta. Es así como la compañía ha reforzado su compromiso en pro del beneficio social. Un compromiso potenciado desde 2018, cuando la empresa puso en marcha un nuevo plan de voluntariado en el que, contando con la opinión de los profesionales, se definieron tres líneas de actuación: inclusión social y laboral, impacto en el planeta y fomento de vocaciones Stem.

Sólo en el 2019, más de 880 voluntarios de Indra participaron en 50 acciones de voluntariado, poniendo a disposición de 62 entidades colaboradoras cerca de 10.000 horas de voluntariado y beneficiando a cerca de 8.000 personas, en países como España, Portugal, Italia, Brasil, México, Colombia, Perú y Chile. Así se refleja en el último Informe de Sostenibilidad publicado recientemente por la compañía.

El último ejemplo ha sido la jornada realizada en el Día Mundial de la Limpieza, World Cleanup Day, en donde voluntarios de Indra, en diferentes países, lograron retirar más de tres toneladas de basura mediante diversas acciones conjuntas o individuales en batidas de limpieza, tanto en tierra como en el mar, con el objetivo de recoger residuos sólidos generados por el ser humano, mitigando la contaminación que producen en la naturaleza y los océanos.

En definitiva, la pandemia nos ha enseñado que el voluntariado corporativo, lejos de ser una moda o una situación coyuntural, se ha convertido en una manera de crear cultura corporativa y reputación, de retener el talento y de fomentar una ética y valores en línea con la Responsabilidad Social empresarial. Al mismo tiempo que promueve el trabajo en equipo, el liderazgo, la empatía, la tolerancia, la innovación, el orgullo de pertenecía, el compromiso con las necesidades sociales y la satisfacción personal y profesional al permitir a los empleados mejorar el mundo a través de la compañía. 

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