La tecnología se ve reflejada en cada uno de los componentes de nuestra vida, sobretodo de la vida urbana, pero también de la vida rural, pronto hablaremos de #smartrural. Sin embargo uno de los pocos ámbitos en los que la tecnología inteligente parece que no ha llegado a despegar es en el mundo del turismo.

El motor económico de España, parece funcionar sin necesidad de ser engrasado, sin introducir evoluciones en sus piezas. Y es que más allá de la compra de vuelos y hoteles online, dejando de lado el negocio de las agencias de viajes, la tecnología no ha cambiado el paradigma del turismo como lo conocemos hasta ahora.

¿Qué pasaría si por el contrario empezamos a introducir elementos tecnológicos en el turismo? ¿Por qué no darle al turismo un enfoque Smart?

Imaginemos el siguiente escenario en el que un turista puede programar su visita con anterioridad al inicio del viaje. A través de un portal onmicanal (accesible desde móvil, pc, tablet, etc.) puede generar una visita completa, incluyendo alojamiento, lugares turísticos, restaurantes u otra información como rutas recomendadas por amigos, por otros usuarios o generadas por la propia oficina de turismo. Imaginemos que todo esto puede ser descargado en el teléfono y ser usado sin necesidad de conectividad. Y, porque no, agreguemos a todo esto, información relativa al estado de la ciudad, del tráfico, meteorológica, de eventos, de la congestión de los museos, de las calles, de las tiendas, de las playas, etc. Y ya que estamos, por qué no poder usar las redes Wifi públicas ya disponibles en muchas ciudades para incrementar la conectividad del servicio.

Pongamos dos sencillos ejemplos: (i) nos levantamos y nuestro plan era una visita por el casco histórico y después un preciso paseo por la playa, pero llueve ¿No sería genial poder obtener recomendaciones u opciones alternativas basadas en la información de la ciudad y adaptadas a nuestro perfil, usando información en tiempo real?; (ii) Después de comer, teníamos pensado visitar un museo o un parque de atracciones, ¿Por qué no saber su capacidad actual antes de dirigirnos hacia la localización, con el fin de adaptar nuestro tiempo a las condiciones en tiempo real?

Y es que no sólo habría beneficios para el turista, también para los comerciantes, que podrían adecuar su oferta a la demanda, hacer promociones en tiempo real, etc., o para los gestores de la ciudad que podrán adecuar sus políticas turísticas en función de las realidades observadas.

El modelo turístico está evolucionando, y no sólo por la competencia mundial existente en este sector, sino porque los usuarios empiezan a reclamar un valor añadido a los servicios ya existentes. La clave está en tener información para tomar mejores decisiones y evidentemente si esa información es en tiempo real y está interconectada con otros ámbitos de la ciudad, mejor será el resultado, para unos y para otros. Quizá, si todo esto se hace realidad, y créanme que se hará porque ya estamos trabajando en ello, tendríamos que comenzar a cambiar el término turismo por el de Smart Tourist o simplemente por el de experiencia turística inteligente.