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¿Cómo garantizar el éxito de un proyecto de formación con realidad virtual?

PorEsther Rodríguez Mancebo- 10 / 12 / 2019

La realidad virtual ha logrado alinear su madurez y expectativas, especialmente en programas de formación, gracias a la incorporación de elementos lúdicos que han mostrado ser capaces de reforzar la memoria, la seguridad, la eficiencia y la autoestima de los trabajadores.

 

Los escenarios peligrosos o logísticamente complejos son sustituidos por otros generados de forma digital para permitir a los operarios completar su formación evitando costes de desplazamiento y riesgos personales.  

 

Es decir, construir confianza y desarrollar la memoria a través de experiencias inmersivas para luego aplicar lo aprendido a acciones específicas en el mundo real constituye una de las aportaciones más poderosas de la Realidad Virtual.

 

Ahora bien, una vez que queda claro que una solución de realidad virtual es la idónea para resolver la necesidad planteada por una organización ¿Cuáles son los pasos a seguir para que llegue a buen puerto?

 

Te lo contamos a través de la experiencia de Minsait como socio estratégico y tecnológico de Endesa en el desarrollo de VIVES, un caso de éxito que recogemos con detalle en  nuestro estudio  “La Realidad ya no tiene límites”(https://www.minsait.com/es/actualidad/insights/la-realidad-ya-no-tiene-limites-realidad-virtual-y-aumentada).

 

Se trata de un ambicioso proyecto que partió de la necesidad del grupo energético de implantar un nuevo protocolo de seguridad, LOTO, relativo a los procedimientos de señalización y bloqueos físicos en las centrales eléctricas, introduciendo un componente de innovación en línea con su objetivo de transformación de la cultura de formación.

 

Gracias a esta iniciativa, que se ha convertido en el curso mejor valorado por los empleados en los últimos cinco años, más de 700 profesionales del área de generación térmica del grupo energético se estén entrenando sin riesgo, con mayor motivación y de manera más eficiente en los trabajos de gestión de descargos.

 

El proceso de implantación puede sintetizarse en seis pasos:

 

  1. Evaluación tecnológica: estudio de los requerimientos del proyecto garantizando la compatibilidad de cualquier dispositivo y servicio con el entorno de seguridad de la organización, con su infraestructura tecnológica e incluso con soluciones que otros proveedores hayan proporcionado anteriormente.

 

  1. Inspección in situ del espacio que se quiere recrear: toma de imágenes en los emplazamientos de las operaciones (centrales térmicas, en este caso), así como de herramientas y maquinaria. En una sola jornada de trabajo se recopiló todo el material mediante fotografías, vídeos y un escáner acoplado a un iPad, lo que permitió elaborar una nube de puntos para dimensionar los espacios y construir un completo alzado.

 

  1. Guionización del proyecto: tras un análisis previo del proceso de aprendizaje y nivel de complejidad de las tareas, se establecen con detalle los objetivos, escenarios y procedimientos con el fin de estandarizar operaciones, eliminar malas prácticas y establecer la secuencia de órdenes de trabajo adecuada.  

 

  1. Desarrollo técnico: se fusiona la lógica de los procesos con el componente visual. Es decir, toda la información obtenida en las fases anteriores se traslada al equipo de desarrollo para construir el prototipo del proyecto en Realidad Virtual. 

 

  1. Producción: esta fase se inició sobre la base de un motor Unity de videojuegos como framework de desarrollo, compartiendo en todo momento los progresos técnicos con los responsables de la operativa y negocio de la compañía con el fin de asegurar la alineación con los objetivos previstos. 

 

  1. Prueba de funcionalidades con usuarios finales: gracias a su carácter intuitivo y novedad, el programa obtuvo una excelente acogida, incluso entre operarios con edad superior a los 50 años, no familiarizados con estas tecnologías.

 

Hay que destacar, además, que un importante factor de éxito del proyecto ha sido la alineación entre el concepto, el piloto y la implementación gradual con productos, personas y procesos para evitar situaciones como la resistencia o la incapacidad de la solución para resolver problemas operativos reales.      

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