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La siguiente generación de pagos

Hasta ahora he estado realizando reflexiones sobre ciertos fundamentos al realizar un pago electrónico, fundamentalmente al usar una tarjeta de crédito o débito, ya que son el instrumento de pago más extendido, y que actualmente tiene una usabilidad y conveniencia bastante altas por parte de los usuarios, y son bastante eficientes desde el punto de vista de los diversos actores de este ecosistema.

Todos tenemos claro que lo que permite realizar un pago está basado en ser capaces de garantizar que quien quiere realizar el pago es quien dice ser. La identidad es fundamental en toda transacción económica que no se realice con dinero en efectivo. Ahondando un poco más, si tomamos como base conceptos como el ya mencionado de la identidad, la simplicidad del pago, la conveniencia, y la velocidad con que se realiza, parece lógico pensar que la siguiente generación de pagos va a tener que, al menos, mejorar estos cuatro conceptos básicos, y sería deseable que se introdujese alguno nuevo, como el enriquecimiento de la experiencia de usuario (que claramente pasa por el coste de uso del instrumento de pago, o por una automatización del mismo, en el sentido que cambie radicalmente la experiencia de usuario).

Cuando reflexiono acerca de cómo puede ser la siguiente generación del pagos, y siendo una reflexión compleja por la incertidumbre, veo que los ganadores serán aquellos que digitalicen y automaticen acciones que los consumidores actuales están haciendo tanto en el pago físico con tarjeta, como en el pago electrónico por internet. Realmente no creo que la siguiente generación de pagos sea exclusivamente de pagar de una manera diferente, creo que una nueva propuesta ganadora debería incluir características que hoy en día no están siendo ofrecidas junto a los pagos, aportaría valor al consumidor tener funcionalidades relacionadas con lo que actualmente llamamos eBanking: consultas de saldo consumido y remanente en tarjetas, consultas de posición en cuentas, transferencias, alertas, análisis de datos que el usuario de banca genera en su operación diaria, pagos P2P (persona a persona) y por último, aunque en mi opinión será lo más importante, programas de Loyalty de clientes avanzados (estoy pensando en sistemas automatizados que son capaces de cambiar los precios percibidos de los usuarios, logrando así bascular decisiones de compra y decisiones de uso de instrumento de pago. Bien es cierto que estos sistemas están muy lejanos a los actuales sistemas de fidelización ofertados en el mercado, como la acumulación de puntos, o de millas de una aerolínea).

De todas estas funcionalidades, todo parece indicar que hay dos que van a ser claves en la evolución al siguiente nivel en pagos electrónicos: las transferencias persona a persona (P2P) están llamadas a ser el Category Killer de determinados tipos de pagos que actualmente están soportados por dinero en efectivo, transferencias, e incluso con tarjetas. Está claro que en un futuro terminal transaccional móvil bancario, debería ser posible que los particulares puedan intercambiar dinero de una manera sencilla, y sin necesidad de explicaciones. Si esta posibilidad fuera real, está claro que fagocitaría automáticamente parte de la operativa que actualmente es soportada con tarjetas, pero a su vez sería capaz de crear un nuevo mercado de pagos P2P que actualmente no están bancarizados. Todo indica que las ganancias de este nuevo mercado serán superiores a la fagotización de tarjetas. Sólo en España se estima que los pagos al contado suponen un 10 por ciento del PIB anual, unos 100.000 millones de euros.

La otra funcionalidad que va a suponer un cambio sustancian en la percepción de los usuarios de los pagos serán los programas de loyalty avanzados, o como la banca puede ser capaz de modificar los precios percibidos de sus clientes. Actualmente ya existen muchos programas de Loyalty, pero está claro que son una etapa previa y necesaria para alcanzar una nueva relación con el cliente. La automatización en clave en estos nuevos programas, ya que el asunto que logrará bascular el uso de un instrumento de pago frente a otro será la percepción del usuario que ese instrumento es el que por sistema maximiza su utilidad. Debe ser el instrumento de pago el que aplique de manera automática descuentos, couponing, suma de puntos, etc. Y además realizarlo online. En el momento del pago, que es el momento de la verdad de esta industria.

Con todas estas funcionalidades, y sin hacer un ejercicio de prognosis excesivamente complejo, parece claro que será necesario que el instrumento de pago que resuelva estas funcionalidades, necesitará de una capacidad de proceso y tratamiento de información superiores a lo que hoy ofrece una tarjeta de plástico. Es por este razonamiento que todos tenemos tendencia a pensar que esos mini ordenadores que llamamos smartphones están llamados a participar en esta evolución. Además, todo indica que mediante un dispositivo como un iPhone, será más sencillo unificar el universo de los pagos, que actualmente se gestiona de manera separada, ¿porqué no deberían ser gestionados conjuntamente los pagos cara a cara, los pagos persona a persona, o los pagos online? Ahora mismo se gestionan de manera diferente con diferentes proveedores, soluciones e incluso actores.

Al final, esto irá de que el consumidor sienta que sea más fácil el pago, más barato, y más conveniente. Por eso es tan complejo conceptualizar como será la siguiente generación en pagos, y por eso siguen gozando de buena salud las tarjetas. El futuro es incierto, pero apasionante.