La entrevista de trabajo es el punto clave del proceso de selección, por lo que debes prepararla con esmero con antelación. En el momento de la misma, debes procurar evitar el estrés y la inseguridad. En la mayoría de los casos, se realiza más de una entrevista con distintas personas dentro de la empresa.
En una entrevista de trabajo, un factor a tener en cuenta es la imagen, que debe ser impecable, pues lo que quieres es transmitir la mejor impresión de ti mismo. Es primordial presentar un aspecto aseado y arreglado. El vestir en consonancia con la costumbre de la empresa será un punto a tu favor. Debes transmitir que tu motivación por formar parte de la empresa y desempeñar las labores del puesto al que aspiras, por lo que hay que afrontar la entrevista con una actitud positiva, con optimismo y, sobretodo, mostrando que eres la persona más idónea para el puesto. Tienes que transmitir que tu formación y experiencia, junto con tu interés por el puesto, te hacen ser el candidato ideal para cubrirlo. El tipo de entrevista varía en función de quien la realice y del trabajo que se vaya a desempeñar.
Comportamientos
El técnico es quien define el objetivo de la entrevista, así como la forma de llevarla, Los candidatos deben escuchar atentamente a las preguntas. La estrategia más adecuada es: Pregunta – Pausa – Piensa – Responde
Entrevista
La entrevista es un intercambio de información: a ti te interesa saber cosas sobre la empresa y sobre el puesto de trabajo ofrecido, y a la empresa le interesa saber aspectos sobre tu formación y conocimientos, actitudes y aptitudes.
Siéntete libre de preguntar lo que quieras saber, espera al momento adecuado, quizá te den la oportunidad de preguntar según va avanzando la entrevista o bien tengas que esperar al final de la misma. Causa muy buena impresión que muestres interés con preguntas que estén bien definidas, y estructuradas y que demuestran que te has informado previamente sobre la empresa. Por resumir, algunos consejos útiles:
Llega puntual
Estrecha la mano del entrevistador/a con firmeza
Saluda al entrevistador/a por su nombre, pero sin llegar a tutearle
Habla con sencillez, sin usar palabras rebuscadas y huyendo de las afirmaciones dogmáticas
Reduce y evita el uso de muletillas en la forma de hablar
Vigila el lenguaje corporal y aquellos gestos que demuestren fragilidad o confusión
Contesta a lo que te pregunten y escucha bien antes de contestar
Al terminar la entrevista, intenta resumir tus puntos fuertes