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El poder de saber escuchar

ByBen Schneider - 17 / 04 / 2012

La base para tomar decisiones en una organización empresarial es el poder recoger opiniones de diversos colegas que se encuentran ya sea más cerca de la problemática o la confrontan desde distintos puntos de vista.

La labor del gerente es justamente saber escuchar estas opiniones para permitirle formarse una idea amplia de lo que ocurre o puede ocurrir y, en base a ello, actuar.

Sin embargo, a muchos altos ejecutivos les es difícil escuchar y más bien tratan de imponer, en sus conversaciones, sus propios puntos de vista, muchas veces sin antes haber obtenido de sus colegas toda la información que ellos pueden aportar.

En el complejo contexto en que se desenvuelven los gerentes hoy, el saber escuchar se convierte en una herramienta poderosa, de ahí que no se debe subestimar esta capacidad y más bien hay que cultivarla, desarrollarla y potenciarla a la máxima expresión posible.

Bernard Ferrari, consultor de McKinsey, plantea tres recomendaciones que pueden fortalecer la capacidad del ejecutivo de optimizar el obtener información al interactuar con sus colaboradores.

La primera recomendación es mostrar respeto. El proyectar el mensaje de que cada colaborador tiene algo importante y singular que aportar a la organización es fundamental. Así se muestra respeto y el respeto es retribuido con opiniones y recomendaciones valiosas. Este aporte toma una mayor dimensión cuando se trata de fomentar la innovación en el centro de trabajo.

Un estudio de la unidad de inteligencia de la revista “The Economist” da cuenta de que el 46% de las ideas innovativas proviene de clientes y colaboradores de la empresa.

De ahí que a través del respeto, también se logra fomentar el clima necesario para que más colegas se animen a aportar ideas innovativas, con la confianza de que estas serán escuchadas por la alta dirección de la organización.

Las TIC (tecnologías de información y comunicación) ayudan a fomentar la comunicación electrónica y las redes sociales complementan un panorama muy favorable para que la gerencia se comunique con sus ‘stakeholders’, potenciando mucho más la comunicación, en la medida que se sepa escuchar.

La segunda recomendación es dominar el silencio. Es importante autodisciplinarse estableciendo reglas que limiten el interferir en el proceso de obtener información.

Como ejemplo se sugiere respetar un ratio 80/20 entre el tiempo en que uno escucha y habla, tratando de dedicar el tiempo de hablar a hacer preguntas más que a expresar opiniones.

El saber manejar los tiempos en una entrevista o comunicación virtual con un colaborador es clave, y el asistir al encuentro con mente amplia y dispuesto a realizar preguntas provocadoras permite que se obtengan mejores resultados.

La tercera recomendación es cuestionar las premisas. En toda conversación que aborda una problemática empresarial se esgrimen premisas sobre las cuales se construyen los escenarios y soluciones posibles a la problemática que la organización debe afrontar.

El buen gerente sabrá escuchar, pero a la vez cuestionar las premisas para enriquecer el dialogo, y así maximizar los chances de tomar decisiones acertadas.

El saber escuchar se convierte hoy en un hábito fundamental, que en última instancia hará la diferencia entre una dirección empresarial de excelencia y una mediocre.